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INFIDELIDAD

Couverture du livre « INFIDELIDAD » de Emilia Pardo Bazan aux éditions Culturea
  • Date de parution :
  • Editeur : Culturea
  • EAN : 9791041809745
  • Série : (-)
  • Support : Papier
Résumé:

Con gran sorpresa oyó Isabel de boca de su amiga Claudia, mujer formal entre todas, y en quien la belleza sirve de realce a la virtud, como al azul esmalte el rico marco de oro, la confesión siguiente:
-Aqui, donde me ves, he cometido una infidelidad crudelisima, y si hoy soy tan firme y... Voir plus

Con gran sorpresa oyó Isabel de boca de su amiga Claudia, mujer formal entre todas, y en quien la belleza sirve de realce a la virtud, como al azul esmalte el rico marco de oro, la confesión siguiente:
-Aqui, donde me ves, he cometido una infidelidad crudelisima, y si hoy soy tan firme y perseverante en mis afectos, es precisamente porque me aleccionaron las tristes consecuencias de aquel capricho.
-¡Capricho tú! -repitió Isabel atónita.
-Yo, hija mia... Perfecto, sólo Dios. Y gracias cuando los errores nos ensenan y nos depuran el alma.
Con levadura de malignidad, pensó Isabel para su bata de encaje:
Te veo, pajarita... ¡Fiese usted de las moscas muertas! Buenas cosas habras hecho a cencerros tapados... Si cuentas esta, es a fin de que creamos en tu conversión.
Y, despierta una empecatada curiosidad y una complacencia diabólica, volvióse la amiga todo oidos... Las primeras frases de Claudia fueron alarmantes.
-Cuando sucedió estaba yo soltera todavia... La inocencia no siempre nos escuda contra los errores sentimentales. Una chiquilla de dieciséis anos ignora el alcance de sus acciones; juega con fuego sobre barriles atestados de pólvora, y no es capaz de compasión, por lo mismo que no ha sufrido...
La fisonomia de Claudia expresó, al decir asi, tanta tristeza, que Isabel vio escrita en la hermosa cara la historia de las continuas y desvergonzadas traiciones que al esposo de su amiga achacaban con sobrado fundamento la voz pública. Y sin apiadarse, Isabel murmuró interiormente:
Prepara, si, prepara la rebaja... Ya conocemos estas semiconfesiones con reservas mentales y excusas confitadas... El maridito se aprovecha; pero por lo visto has madrugado tú... Pues por mi, absolución sin penitencia, hija... ¡Y cómo sabe revestirse de contrición!
En efecto, Claudia, cabizbaja, entornaba los brillantes ojos, velados por una humareda oscura, profundamente melancólica.

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